...conversando con el viento me he encontrado entre la brisa tu sonrisa...

Un viento llegó a mi casa pueblerina

de esas que sólo se recrean en la mente

cuando se lee un libro de García Marquez

llegó hasta la hamaca donde me ocultaba del calor costeño

del sonido de las olas del mar que está a no más de 5 minutos caminado

llegó con gran alboroto pues convirtió el silencio sordo

en concierto de sonajas que guindan alrededor de la chambrana ubicada

fuera de esta casa, entre plantas verdes y rojas, otras azulosas

el jardín de mi madre que cada día es más admirable

llegó con intenciones de sabotear mi sueño que plácido

ya llegaba, lento pero llegaba...lento.

Llegó y me recito un verso, luego una estrofa que causó que mis cachetes

se tornaran rojos, sentí en vez de frío o escalofrío

calor más cálido que el que ya hacía

calor tan cálido que espantó al sueño

llegó y se posó sobre la hamaca como mariposa sobre flor

como las cocineras(aves) que se posan

sobre los platos de los perros buscando sustento

llegó como niño cuando está contento.

Llegó y fue llegando pero sin miedo

llegó alborotado como carnaval barranquillero

llegó y me fué mesiendo la hamaca, por lo que otra vez

llegó el sueño.

Y en mis sueños me fué contando que venía con un regalo

traía entre la brisa, tu sonrisa

que venía imitando el mover de tus caderas

que con gran alboroto causan grandes penas

a todo aquél hombre que finalmente se entera

que me quieres que te quiero, que esas caderas

serán sólo para sus miradas mas para mis antojos

serán lo que yo quiera, en esta hamaca costeña

donde se moverán como viento...tormentoso.

Ciul