"...que lindo es amar aun bajo un cielo gris..." "...que lindo es soñar aun detrás de un oscuro porvenir que más tarde te ayudaré a colorearlo que qué importa si nos salimos un poco de las líneas si asi eres feliz..."
Era ya jueves, pronto sería el cumpleaños de Albeira
Albeira es muy querida en el barrio por todos
su padre, Jose Luis, no ganaba mucho pues es un albañil.
Jose Luis no sabía que hacer, y estaban solos
pues su mujer los había abandonado
marchándose, yéndose a otros lados.
Mas a Jose Luis se le prendería el foco…
Albeira andaba triste por su cumpleaños
sus amiguitos de escuela tenían mejores fiestas
en grandes jardines al aire libre, con payasos y enormes pudines.
Pero ella no…
Sus pudines eran de lodo
hechos en una cocinita de mentiras
pues su papa rara vez tenía platica.
Sus muñecas de trapo nunca ganaban certámenes de belleza
las barbies de sus compañeras sobornaban a los jueces con dulces y galletas.
sus sueños eran grandes, igual que sus tristezas…
Llegó el día tan anhelado, era de Albeira su cumpleaños
pero el día estaba oscuro y no quiso salir de su cuarto
por mas que su padre le dijera: mijita sal que te tengo un regalo.
Asi el día, transcurrió…
Luego de una larga siesta y mucho llorar
muchas risas de niños y niñas se escuchaban tras el ventanal
eran sus compañeritos que con alegría a su casa fueron a festejar
Albeira se vistió con se mejor vestido
y salió a la puerta a ver lo sucedido.
Habían soles inmensos arriba, un cielo verde con pájaros morados
un payaso que por más remendado que estuviera su traje
los hacía reír haciendo cualquier desastre.
Intuyendo Albeira que ese era su padre
se le acercó al payaso y le dio un abrazo grande
mas que sorpresa se llevó cuando supo que Jose Luis
tuvo trabajo, hoy se fue a ayudar a construir…
En la noche ya muy tarde Albeira a la cama de su padre se juntó
con tristeza vió que su padre aun a esa hora no llegó.
Jose Luis estaba trabajando horas extras
por lo que en la construcción se quedó haciendo la siesta.
Al siguiente día Jose Luis aun trabajaba
tenía que pagar la plata con la que había alegre a su muchacha
un murmullo se escuchó entre todos
una niña que hacía gran alboroto.
Decía que su padre le había regalado un sol
dibujado en un gran pedazo de cartón
porque ayer en su cumpleaños llovía a chaparrón
que le había dado un cielo coloridamente hermoso
que igual era el corazón de aquél hombre bondadoso.
¿Quién eres preguntaron todos casi en coro?
Albeira con orgullo respondió:
Soy la hija del albañil, la niñita de Jose Luis.
Ese día comieron juntos, hija y padre
de un pedazo de pudín de chocolate de verdad
y charlaron hasta bien metida la tarde.
Ciul
...la hija del albañil...
Publicadas por Unknown a la/s 9:25 a. m.
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