Navegando entre un universo de piel
en busca de estrellas y lunares
perdido en un ombligo de densidad infinita
del que ni mis besos fugaces logran escapar
un Galileo.
Por haberle tomado de sus padres
Oh semidiosa hija de Palas
tú que me encadenaste a tu recuerdo
como sobre tus caderas ante el tiempo vagabundo
un Prometeo.
Como adivinos te advierten mis ojos
leyéndote las líneas de la noche
que dibujan recovecos en tu cuerpo
donde albergar entre historias mis pesares
un Cervantes.
Que curioso que mi mente sea un espejo
en el que sólo te reflejas tú.
Que curioso que las horas se tornen día y noche
como el Sol y la Luna, se tornan en tí,
ojos…
"...de cara al cielo me encuentro tus besos,
que si dicen que DIOS de cuando en vez abre un pedazo de cielo,
apuesto que es cuando tú despiertas..."
Ciul
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